José Mª Miñambres, párroco de San Juan Bautista y El Carmen, miembro de la Comisión Permanente de la Asamblea diocesana: “Espero que la gente hable con libertad y valentía, que digamos lo que vemos, lo que nos pasa, que propongan soluciones con realismo”

¿Cuál crees que es el caldo de cultivo que ha provocado la celebración de una Asamblea Diocesana en Salamanca?
Son varios los motivos eclesiales y sociales que empujan a llevar a cabo esta Asamblea. En primer lugar, la situación eclesial. Sólo un dato: dentro de cinco años el número de sacerdotes seculares menores de 60 años, no llegará a 40, algo similar ocurre con los religiosos y religiosas. Y lo peor, muchísimos menos laicos y muy mayores. En fin, una Iglesia envejecida y bastante dormida. En cuanto a la sociedad salmantina, ha vivido los últimos años un cambio muy fuerte en todos los sentidos, hasta el punto de ser hoy en buena parte de los espacios, una sociedad totalmente distinta. Otros motivos hacia dentro de la Iglesia son sin duda, el Sínodo de la Nueva Evangelización para la transmisión de la fe, el Plan Pastoral diocesano, la Exhortación del Papa Francisco, los 25 años del Sínodo diocesano...

¿Qué esperas de esta Asamblea?
Espero que la gente hable con libertad y valentía, que digamos lo que vemos, lo que nos pasa, que propongan soluciones con realismo. Espero que se dé una verdadera escucha, humilde, creando espacios de discusión sincera y fraterna, y de iluminación crítica y abierta. Que se tomen decisiones valientes aunque suponga en nosotros sacrificios y descoloques.

¿Cuál es el mayor riesgo?
El mayor riesgo es que se quede en agua de borrajas, en papel mojado. Por eso, es muy necesario una verdadera pedagogía de seguimiento postasamblea.

¿Cómo alentar a la participación?
Se va a llevar a cabo una información y sensibilización lo más personalizada posible, haciendo entender que todo el mundo tiene algo que aportar, y que si deja de hacerlo repercutirá en todo el cuerpo de la Iglesia. Estoy seguro que habrá una gran implicación, pues los cristianos de Salamanca somos conscientes de las urgencias a las que estamos llamados.